CARACAS – Doscientos setenta y dos minutos sin anotar y ocho goles encajados. Con estas palabras, podríamos resumir los últimos tres juegos dirigidos por la selección de Rafael Dudamel en el Sudamericano Sub-20.
Luego de una primera fase de ensueño, donde la Vinotinto obtuvo nueve puntos en cuatro presentaciones, y un inicio de hexagonal con cuatro unidades (empate 1-1 con Uruguay y victoria 2-0 ante Brasil) en dos salidas. Esta performance hacía volar la fantasía no solo de los hinchas, sino también de jugadores y cuerpo técnico. Todos se veían jugando el mundial que entre el 25 de mayo y 16 de junio se disputará en Polonia.
Desafortunadamente, en los últimos tres juegos los engranajes de la selección que dirige Rafael Dudamel se bloquearon. En los juegos ante Argentina, Colombia y Ecuador se vio una Vinotinto cansada y carente de ideas. Probablemente influyó la poca rotación que le dio el director técnico a su plantilla: jugar nueve cotejos en menos de tres semanas implica el aprovechamiento integral de los veintitrés convocados.
Desde el punto de vista de nosotros, como simples espectadores, quedó la sensación de que, por una u otra razón, Dudamel sobrevaloró a los titulares habituales o subestimó a los que completaban la nómina. El increíble e inesperado global de 0-8 en los últimos 3 partidos habla de un grupo que perdió la confianza y el DT, el norte.
Jugadores como el cancerbero Miguel Silva (Metropolitanos), el mediocampista Enrique Peña Zauner (que milita en la cantera del Borussia Dortmund y con minutos en la Youth League, la Champions League juvenil) o el delantero Santiago Herrera (de la Universidad de California, en los Estados Unidos) podían ser aprovechados mejor.
Jan Hurtado por ejemplo, que se hizo expulsar dos veces con acciones innecesarias que solo perjudicaron a su selección. Fue tan influyente en el ataque como inmaduro para dejar a su equipo dos veces con uno menos y sin la posibilidad de jugar el primer juego del hexagonal (ante Uruguay) y último (vs Ecuador).
Luego de histórica y heroica victoria ante Brasil, la vinotinto desperdició tres oportunidades, Argentina, Colombia y Ecuador, para sellar su boleto al mundial de Polonia. Una victoria ante los cafeteros ponía la palabra fin al Hexagonal definiendo los cuatro clasificados y los dos eliminados. Pero ese resbalón dejó con vida a todos, hasta Brasil con dos puntos tenía opciones matemáticas en la última jornada.
Luego del pitazo final, en las redes sociales comenzaron a llover las críticas de los fanáticos y de la prensa especializada. Muchos hablaban del año y medio de trabajo donde se realizaron 29 módulos de concentración, amistosos y buen apoyo económico recibió el combinado nacional para que Venezuela asistiera por segundo ciclo seguido a un Mundial de la categoría Sub-20. Y lamentablemente el objetivo no fue alcanzado.
Recordemos que se priorizó a la Vinotinto Sub-20 por encima de la mayor, y todo debido al entusiasmo que provocó esta selección con sus templarios en Corea 2017, recordemos que en esa edición se ubicó en la segunda plaza detrás de Inglaterra y delante de selecciones como Italia (tercera) y Uruguay (cuarta). Mientras que nuestra seelcción absoluta pasó 11 meses sin disputar un partido amistoso, pero la juvenil sí estuvo en plena faena.
Lamentablemente no veremos a nuestros vinotintos en Polonia y tendremos a una selección adulta con poca preparación con miras a la Copa América, que se disputará en Brasil, entre el 14 de junio y el 7 de julio de 2019.
Quiero terminar mi escrito con una frase del surfista británico Laird Hamilton: “Asegúrate de que tu peor enemigo no vive en medio de tus dos orejas”. Considero que nuestra selección deberá trabajar con la esperanza en su corazón y los sueños en su cabeza.
Fioravante De Simone