CARACAS – El Torneo Preolímpico Sub-23 nos ha regalado, un golpe sobre la mesa, una de esas noches que recordarán durante muchos años los hinchas de la Vinotinto. Venezuela superó (3-1) en la última fecha del grupo A en el preolímpico al gigante Brasil (selección nunca vencida en este torneo). Una de esas historias que nos regala el fútbol, donde David tiene mejor suerte que Goliat. Los presentes en los graderíos del estadio Brigido Iriarte guardaran en un nicho su boleto para decirle a las futuras generaciones: “¡Yo estaba allí!”
La selección de la “Pequeña Venecia” tenía un solo resultado a favor si querían mantener vivo el sueño París 2024: “Derrotar a Brasil” y así fue con el triunfo 3-1 con doblete de Telasco Segovia (9’ y 30’) y gol en propia puerta de Rikelme (55’). Los “amazonicos” recortaron distancias con Alexander Da Costa (88’).
Con este triunfo, Venezuela acumula 8 puntos, y supera a Ecuador que se quedó con 7, clasificándose a la siguiente ronda donde tendrá como rivales a: Argentina, Brasil y Paraguay.
Luego de las primeras dos fechas, muchos pensaban que este resultado ante Brasil era improbable. Muchas veces nos quejamos que el fútbol moderno es aburrido. Si por un lado vemos juego, velocidad, estrellas del deporte y todos dan por descontado el resultado por el pergamino de ese equipo. En otras oportunidades, el destino es caprichoso y decide mezclar las cartas en la mesa haciendo surgir a los llamados “matagigantes”, esa romántica figura del equipo que supera al favorito (según los expertos) prosigue su rumbo en una competición. Nosotros cruzamos los dedos para que nuestra amada selección continúe regalándonos noches mágicas en el Preolímpico. Cerramos esta nota con una frase muy de moda entre los simpatizantes de la Vinotinto: “Mano tengo fe”.
(Fioravante De Simone)