CARACAS – Durante el Venezuela – Paraguay, el siempre recordado Lázaro “Papaito” Candal habría dicho una de sus famosas frases: “¡Qué angustia, qué nervios, qué desesperación!”. La Vinotinto superó 1-0 a los Guaraníes, pero cuanta angustia durante los 90 minutos y algo más. El gol de la victoria tiene la firma del Emperador Salomón Rondón, con un disparo desde el punto penal con mucha sobriedad en el minuto 90+3´.
En el estadio Monumental de Maturín, Venezuela y Paraguay nos regalaron un duelo no idóneo para personas con problemas cardíacos con emociones en las dos áreas. En la ciudad oriental, no solo fueron protagonistas los jugadores en el campo, sino también la sala VAR con dos intervenciones: el primero, a los 78’, con el gol anulado a Yangel Herrera por un presunto control con la mano.
El segundo, a los 89’, el “Video Assistant Referee” le hace un llamado al árbitro colombiano Andrés Rojas para que revise un toque con la mano del defensor Andrés Rojas en un choque aéreo con Herrera. Luego de ver la jugada en el monitor, el referí señaló el manchón penal haciendo estallar de júbilo a los presentes en el Monumental que ya pregustaban los primeros puntos en estas eliminatorias.
El encargado de ejecutar el disparo fue Salomón Rondón. Esos segundos que pasaron desde que el artillero vinotinto posicionó el balón en el manchón hasta su ejecución fueron eternos: había quien tomaba su teléfono para inmortalizar el momento, quien se percinaba, quien rezaba, quien cerraba los ojos esperando el grito de gol para celebrar, había para todos los gustos. Con la llegada del gol Vinotinto la fiesta estalló en los graderíos del estadio de la denominada “Sultana de Guarapiche”. Luego con el pitazo final comenzó el grito: “Venezuela! Venezuela!”.
La Vinotinto volverá al ruedo el 12 de octubre quando mida sus fuerzas a Brasil en condición de visitante, mientras que el próximo duelo de local (se jugará nuevamente en Maturín) será ante Ecuador cuatro días después.
(Fioravante De Simone)