CARACAS – Desde que comenzó a darle patadas a un balón en su nativa Maracaibo, el futbolista venezolano Jefferson Savarino tenía una llama que lo motivaba a dar el máximo en cada entrenamiento, en cada juego, en cada asistencia que lo hacía luchar hasta el final. Esas mismas ganas de tallar con fuego su nombre en la historia del balompié venezolano.
Sobre el césped del estadio Monumental de Buenos Aires, el mediocampista que nació en Maracaibo el 11 de noviembre de 1996 ganó la Copa Libertadores luego de superar con marcador de 3 – 1 en la final al Atlético Mineiro. De esta manera, Savarino se convirtió en el segundo jugador venezolano en levantar al cielo el Trofeo de la máxima competición continental de clubes.
“Agradezco a todos ellos que me apoyan no solo en la selección, sino también aquí en mi club” – declaró ante los medios el ex jugador del Zulia FC, agregando – “Para mí siempre son importantes para mi carrera y les agradezco por todo. Bendiciones para cada uno de ellos”.
Es la primera vez que el equipo de Río Janeiro gana el torneo continental y la sexta consecutiva que un brasileño se corona en la Copa Libertadores, tras Flamengo (2019 y 2022), Palmeiras (2020 y 2021) y Fluminense (2023).
Por su parte, Savarino igualó la hazaña de su compatriota Alejandro Guerra adjudicándose el trofeo más deseado por los clubes de la zona Conmebol.
“Hacer historia para mi país es algo muy importante” – confesó ante los colegas el mediocampista de la Vinotinto, agregando – “Lo que viene es disfrutar de este logro, pero con el firme objetivo de ir cada vez por más”.
En el rectángulo del estadio Monumental de Buenos Aires, Jefferson Savarino jugó por espacio de 58 minutos. Durante todo el certamen completo, marcó cuatro tantos y repartió cuatro asistencias, en 15 partidos disputados.
Gracias a este resultado, el denominado “Fogão” obtuvo su boleto para el Mundial de Cubes de la FIFA que se disputará entre los meses de junio y julio de 2025 en los Estados Unidos.
(Fioravante De Simone)