Dejémonos de tonterías. Se compite para ganar y Venezuela ganó. En el deporte al final lo que cuenta es el triunfo, lo que se recuerda es la victoria y no tanto cómo llegaste a ella. Primera conclusión: la Vinotinto hizo lo más importante.
Dicho esto, hay que profundizar el análisis. En primer lugar, lo que más me ha preocupado es que Venezuela no parece saber muy bien a qué juega. En teoría, el profe Dudamel quiere basar su juego en la posesión, pero al quedarse con 10 Jamaica los nuestros entraron en una especie de limbo: vieron espacios y no sabían si intentar aprovecharlos jugando en largo y velocidad o si por el contrario tener la pelota y moverla hasta encontrar un espacio que no aparecía, dada la poca oscilación vinotinto entre líneas y de no ensanchar el campo, amén del orden defensivo de los jamaiquinos.
Los antillanos, por su parte, luego de la expulsión concentraron su juego en pelotazos en largo tratando de ganarle la espalda a una defensa timorata, además de aprovechar la pelota parada. En ese sentido, el doble pivote vinotinto -teniendo uno de ellos tarjeta amarilla- era fácilmente superado. De hecho, en la segunda parte, y con 10, los de amarillo tuvieron más y mejores ocasiones, siendo 2 de ellas a pelota quieta y otra de un saque de banda -sí, y Venezuela con uno más- lo que nos hacía pensar en la duda venezolana en su idea de juego. Ese limbo se mantuvo hasta la entrada de Otero, quien comenzó a tenerla más y provocó un par de faltas no aprovechadas.
¿Es lógico ese estado de confusión? Por supuesto que sí. La Selección viene de unos años tormentosos -incluyendo el final de la era Farías- y pareciera que se nos ha olvidado cómo ganar. Tan poca importancia volvemos a tener que en España hablan de casi todos los juegos (hasta del Haití-Perú) y nada de los nuestros, ni siquiera para mencionar a jugadores como Rosales, Añor o Peñaranda, habituales de La Liga. Pero volviendo al punto, tenemos un DT nuevo y sin tiempo de preparación, los jugadores vienen con una dinámica muy mala y en el fondo de la tabla de las eliminatorias. Es normal el limbo, y quizás ese sea el problema para trascender en esta Copa América.
Ahora se presentan 2 juegos muy duros. Uruguay viene de caer de forma cuasi dramática y saldrá con todo. Saben que no ganar los pondría en situación riesgosa. Creo que Venezuela buscará jugar más que nunca a la posesión y al desespero charrúa, con los riesgos que esto conlleva. Uruguay saldrá a presionar –incluyendo al árbitro- y va a plantear un juego muy físico. El orden de nuestras líneas en defensa y tener claro el plan de juego (esto es, no dudar ni ser timoratos atrás, como contra Jamaica) serán puntos clave para la consecución de un resultado exitoso.
La victoria frente a Jamaica no solo representa un bálsamo para los nuestros, sino además una inyección de moral y orgullo, elementos que hay que poner el jueves frente a la Celeste para compensar el poco trabajo que ha tenido el cuerpo técnico y así intentar eliminar esa terrible fase del juego que hubo contra los antillanos: el limbo. Porque si la Vinotinto llega a tener dudas, Uruguay nos pasa por encima. Es la hora de sacar toda la experiencia que hay en sus botas y demostrar de qué están hechos nuestros guerreros.
Valentín Fina Oviedo @vefo75