Luego de que la FIFA, encabezada por su presidente, el suizo Gianni Infantino, decidiera incrementar el número de selecciones para el Mundial de 2026, muchas voces se han escuchado, unas a favor y otras en contra. Igualmente, han surgido algunos entusiastas expertos y opinadores de oficio, relacionados al fútbol, que proponen algunos a cambios, a su parecer, para mejorar o hacer más atractivo al balompié. ¿Será que el fútbol necesita cambios?
Desde la administración de Jospeh Blatter, el máximo organismo del fútbol mundial hizo esfuerzos para internacionalizarse aún más e inmiscuirse en esto que llamamos globalización. En Francia 98 se aumentó el número de equipos en una Copa del Mundo de 24 a 32; se llevó a cabo el primer mundial en Asia y en África, y el número de jugadores latinoamericanos, africanos, asiáticos y hasta oceánicos que iban a jugar en los clubes europeos aumentaron considerablemente.
Las transmisiones de televisión de partidos de fútbol se incrementaron. Los gerentes del fútbol se dieron cuenta que los derechos televisivos son un negocio que no tiene desperdicio. Se empezaron a transmitir con vehemencia la Liga de Campeones, la Europa League, las ligas y copas locales, el Mundial de fútbol, la Eurocopa, Copa América, Copa Confederaciones, y hasta los torneos de categorías juveniles y del fútbol femenino. En la actualidad, es muy difícil que un día no se juegue ni se transmita un partido de fútbol en alguna parte del mundo.
Ya en la última etapa del gobierno de Blatter, se estaba hablando de la inserción de la tecnología en el fútbol, a fin de evitar errores. Esto dio pie, para que muchas personas presentaran propuestas de cómo debería ser el fútbol en un futuro no tan lejano. Y, ahora, con el hecho de aumentar las selecciones clasificadas al mundial, surgieron nuevamente algunos planteamientos para “mejorar” al fútbol. Tal es el caso de Marco Van Basten.
El holandés, en otrora uno de los grandes delanteros del fútbol mundial, expuso 10 medidas, las cuales considera se deben adoptar para hacer más atractivo el fútbol. A continuación las expondremos y analizaremos.
Abolir el fuera de juego: Quizás a muchos delanteros les gusta la idea, pero qué pensarán los defensores. Los juegos terminarían con un marcador más abultado. Me quedaría con las posiciones adelantadas e incluso, con los errores humanos en las jugadas. ¿El error humano no forma parte del fútbol?
Penalizaciones de tiempo en vez de tarjetas amarilla: al mejor estilo del hockey. Sería difícil acostumbrarse a esto. Entonces, quizás habrán juegos, en los que jugadores como Gattuso, o Yaya Touré no tendrán limitaciones a la hora de “partir” al contrario. Hacen la falta y a los cinco minutos vuelven a estar en cancha. ¿Cuánto tiempo de penalización le habrían dado a Zidane después de encajarle el famoso cabezazo a Materazzi, en la final del mundial de 2006?
Los afamados Shoot out: ¿Acaso los penales no son parte del fútbol? El suspenso y la injusticia de las penas máximas. El héroe y el villano. Los penales de Roberto Baggio, Albertini, Trezeguet o, Sergio Ramos, son recordados porque fallaron, porque no consiguieron la gloria, pero dentro de su fracaso fueron épicos. Esas imágenes, esos llantos. Eso también es fútbol
El tiempo neto: es una de las ideas que más agradan, porque algunos equipos especulan con esto, queman tiempo y muchos árbitros agregan o no agregan minutos para favorecer a un equipo. Es probable que el “Cholo” Simeone estaría de acuerdo con esto, claro hubiese ganado la Champions de 2014 ante el Madrid.
Solo protesta el capitán: es algo que se podría adoptar. Sobre todo porque la figura del capitán está perdiendo fuerza.
Número máximo de faltas: vamos, no somos baloncesto. Esto es fútbol y si hay que cocerles las piernas a Cristiano Ronaldo, Messi, Ronaldinho o Maradona, que se haga. Ojo, aquí cobraría vida el suspenso de las tarjetas amarillas. Ni número de faltas máximas ni penalizaciones por tiempo
Menos partidos: esta medida, aunque parezca contradictoria, podría ser eficiente para recobrar un mayor espectáculo. Es que ahora consumimos tanto fútbol que lo magnifico del espectáculo se está volviendo cotidiano. Creo que si vemos menos partidos, se recuperaría algo de eso que se dejó en el pasado, en mi caso en los años 90, el de otros en los 80 y los más veteranos en los 70 y 60.
Ocho contra ocho: esta medida es para el fútbol de veteranos. Tendría ellos que ofrecer su opinión, pero para el fútbol común y corriente, ni pensarlo. No pedimos un fútbol de salón.
Ampliar cambios: agrada la idea, pero no dentro de los 90 minutos. En prórroga, quizás se pueda permitir un cambio más para cada equipo y si el portero se lesiona, estoy de acuerdo que se le permita hacer un cambio más al equipo y no sacrificar un jugador de cancha para que entre el portero suplente.
cambios sin parar el juego: es una completa locura.
¿En qué rayos estaría pensando Van Basten? La verdad, lo que propone el holandés es algo muy poco europeo. Prácticamente sus propuesta es la de “americanizar” al fútbol, si es que cabe el término.
En resumen, lo que propone el tulipán es quitarle la identidad al deporte más popular del mundo. El fútbol se hizo fútbol por ser como es: injusto, épico, exigente y con sus errores humanos. Todo eso forma parte de un deporte que paraliza al mundo y que nos cautiva ¿Imaginemos proponerle un tiempo definido al béisbol? Simplemente no sería viable.
En particular, quisiera seguir viviendo el fútbol tal cual está. Con la épica del campeón, el llanto desconsolado de los derrotados, los penales fallidos, con los héroes y los villanos, la tensión del error humano, con las posiciones adelantadas milimétricas, con las malas decisiones arbitrales, con el desgaste en las prórrogas, y con sus tarjetas amarillas y rojas.
En conclusión y para responderle a Van Basten: dejen al fútbol en paz.
Autor: Francisco Ríos @cisco_rios